Hace poco nos enterábamos de que la compañía SABMiller, la segunda mayor a nivel mundial en lo que a cerveza industrial se refiere, se había hecho con la conocida cervecera londinense Meantime Brewing Company (más información aquí). Esta adquisición permite a SABMiller participar en el boyante mercado de las "craft beers" (el término traducido al español como "cervezas artesanas") en Reino Unido, el cual ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años. Las "craft beers" van ganando cada vez más terreno a las lagers industriales y a las "real ales" (las cervezas tradicionales británicas), y actualmente ya suponen alrededor del 7% de las ventas totales de cerveza en este país. A pesar de ser uno de los mayores productores mundiales de cerveza y de tener su sede central en Londres, SABMiller apenas tenía importancia en Reino Unido, y su estrategia para hacerse un hueco en el importante mercado cervecero de este país pasa por este sector que goza de tanta prosperidad en estos momentos. La marca adquirida para ello no ha sido elegida al azar. Meantime, fundada en el área de Greenwich en 1999, creció un 58% el pasado año y, con su variopinta gama de 10 cervezas, es una de las principales representantes del vibrante panorama "craft" londinense. Hoy probamos una de las cervezas más representativas de Meantime, la London Pale Ale, un símbolo de la cerveza londinense moderna.
Se trata de una cerveza de color ámbar claro y bastante transparente. De carbonatación débil, forma una pequeña cantidad de espuma de color blanco hueso que se desvanece con relativa rapidez. En nariz ofrece un aroma suave en el que predominan las notas florales, mientras que en boca es refrescante, más bien ligera, y se percibe un leve carbónico. En su sabor predomina un amargor moderado acompañado de un ligero toque dulce. Se pueden distinguir matices de naranja amarga, polen, hierba y en el fondo un suave punto de miel. Su recuerdo es duradero en el paladar y en sus aromas retronasales predominan los cítricos.
Esta Pale Ale de trago largo, suave pero sabrosa, constituye una perfecta cerveza de sesión, así como un acompañamiento ideal para pollo frito y platos especiados o picantes. Sólo esperamos que siga siendo, por mucho tiempo, la buena cerveza que es hoy en día, esté en manos de quien esté.
ABV: 4,3%
Lúpulos: Goldings y Cascade
Propongo un debate trascendental e infructuoso sobre las crafts vs. grandes cerveceras. Al ser devoradas por estos monstruos comerciales, ¿pierden su naturaleza? ¿si, no? ¿depende de como sigan fabricando? bla bla bla, entiendes el objeto del debate, verdad? :D
ResponderEliminaryo no vengo aquí a generar polémica, que conste... solo sugiero !
Entiendo a la perfección. Mi opinión general es que es difícil (sería iluso quizá) pensar que cuando una cervecera artesanal es absorbida por una gran compañía todo sigue igual. Lo más probable es que algo cambie, y según cual sea el cambio la "pérdida" es más o menos significativa.
EliminarEn el peor de los casos, los nuevos gestores puede querer alterar el proceso de producción, empobreciéndolo, ya sea modificando las técnicas o los ingredientes empleados. En otros casos esto puede suceder de forma indirecta debido a que se exija un aumento en la producción y/o que ésta sea trasladada a diferentes instalaciones. Puede también que se coarte la libertad creativa de los maestros cerveceros, ya sea impidiendo o exigiendo determinadas nuevas cervezas, o puede que simplemente se altere la imagen o la distribución.
Cómo de graves son estos efectos es algo que depende de los criterios de cada cual. Seguramente existan también muchos otros escenarios posibles, si a alguien se le ocurre alguno que por favor lo comente.
Saludos!